Friday, December 19, 2008

Fin de año

Pensaba hacer un post sobre canciones, más que discos y libros. Pero ayer, de la nada, contra cualquier pronóstico, fui al mejor concierto del año.

A mí mejor concierto del año.

Javiera Mena era una asignatura pendiente. Ni en el soulseek ni en rapidshare la encontraba. Y la fui dejando pasar, hasta que me olvidé y deje de intentarlo.

Ayer, Fernando, a quien habían invitado para tocar en uno de los teloneros, me dice que tiene lista para el concierto (no pensaba ir, mi familia había estado de visita, y tenía pocas horas de sueño). Y yo fui.

Verla bailar, tan torpe, tan normal, y pensar que hace un par de años ella estaba en su cuarto, componiendo canciones, cantándose a ella misma, y ahora estaba en el escenario, cantándose también a ella misma.

Es bonito cuando pasan esas cosas.

Thursday, December 04, 2008

"When George Bush says 'I´am a War President'... well, that´s like saying 'I´am a Syphillus President' "

Kurt Vonnegut

Wednesday, December 03, 2008

Oh Sí

World Book Club es una página de la BBC en la que cuelgan entrevistas a escritores acerca de sus alguno de sus libros más famosos.

Hay entrevistas de:

Martin Amis - Money
Peter Carey - Oscar and Lucinda
Mario Vargas Llosa - La tia Julia y el Escribidor
Ian McEwan - Atonement
Amos Oz - My Michael
Kurt Vonnegut - Slaughterhouse 5

And many, many more.

Enjoy

Pronto, un post en serio

Wednesday, October 29, 2008

De estilo y voz

A Macarena, mi enamorada, no le gusta como escribo. Dice que, cuando lo hago, sueno pomposo y rebuscado, pedante incluso. Que no soy el mismo que la hace reír con chistes idiotas y repetitivos. Que no escribo como hablo.
Lo que me llevó a pensar, primero, si debería hacerlo. Y, luego, si era posible hacerlo.
Escribir como hablo, esto es.
Una de las características más celebradas de la narrativa del siglo XX ha sido el paulatino paso de un narrador “lejano” a uno “cercano”, desde el punto de vista de la voz narrativa. Por “lejano” me refiero al que hace uso de un lenguaje literario para contar la historia. “Cercano”, por contraposición, sería el que la cuenta con un lenguaje coloquial, como si se lo estuviera contando a alguien en un bar, o en una sesión de psicoterapia. Y no me refiero solamente al narrador-testigo, también el narrador propiamente dicho, el que cuenta en tercera persona, ha venido, poco a poco, tomando los giros y modismos del habla hablada, valga la redundancia.
Pues bien, me niego. Yo no quiero escribir como hablo. No quiero trabarme y hablar enredado, ni quiero quedarme callado porque no sé que decir, o que palabra debo usar para expresar la idea. Escribir me permite tomarme todo el tiempo del mundo para redondear la forma con la que quiero expresar el fondo. Y quiero aprovecharlo.
Además, estoy convencido de que nadie puede escribir como habla. Hasta el narrador más patero, más de esquina, o el narrador que pretende ser el mismo escritor (y aquí no hablo de “narradores que se llaman como el escritor”, sino de autobiografías, por ejemplo), es una invención del escritor, es otro ente, otra cosa. Que hayan decidido que el estilo sea ese es diferente a decir que “escriben como hablan”.
Bryce Echenique, por ejemplo, es un escritor al que siempre se le ha celebrado su narración coloquial. No sólo eso, sino que, en varias ocasiones, comenta que el punto determinante en sus primeros años como escritor fue cuando un amigo le dijo, mientras tomaban en un bar, que “escribiera como hablaba, que contara en el papel como lo estaba haciendo en ese momento”.
Bryce Echenique tiene uno de los estilos más fácilmente reconocibles, entre los que he leído. Aún recuerdo haber caminado por la playa, en mi adolescencia, luego de leer “Un mundo para Julius”, o “La vida exagerada de Martín Romaña”, o “El huerto de mi amada”, y encontrarme con que mis pensamientos tenían un ritmo, una musicalidad, que quería acercarse a la de los narradores bryceanos.
Pero Bryce Echenique, el verdadero, no habla así. Bryce Echenique no habla. Balbucea.
Es por eso que me gusta escribir así, que trato de escribir así. El yo que escribe es diferente al yo que chatea, y al yo que habla. No sé si es mejor o peor. Pero es otro ente. Otra cosa.

Saturday, October 25, 2008

Vamos a poner un poco de color

Entre las canciones del año pasado, hay una a la que le tengo especial cariño. La canción está mal grabada, descordinan mucho, y usan el instrumento que más odio en el mundo (la armónica – pero, bueno, The Smiths también la usaron). Pero es perfecta.

Y es perfecta porque es sincera. Que es algo que, en el indie pre-Strokes, había mucho más: la capacidad para decir cosas que no sonaran a impostación obligada pensada para una audiencia. De decir cosas como:

If the sun going down
can make me cry
why should I not
like the way I am?

Con la total tranquilidad de estar escribiendo porque eso es lo que te da la gana de escribir. Sin que te importe si eres un marica, o un aniñado, o lo que sea.

Por eso me gusta Aerosol.

Por eso, y porque tiene la mejor frase del mundo:

La la la rutina
me tiene podrida

Ahora Las Doñas ya no existen. Espero que, sea lo que sea que vayan a hacer en el futuro, lo hagan con el mismo espíritu. Nada más.

Las Doñas - Aerosol

Wednesday, October 22, 2008

De ciudades

Hace poco estuve en Piura, la ciudad donde crecí.

Con Piura guardo una relación de amor/odio: me parece una de las ciudades más feas que he visto, en gran medida por culpa de (y aquí seré el típico quejón) las autoridades que permiten que las calles tengan huecos dignos de un bombardeo y que la ribera del río esté llena de bolsas plásticas. Pero también por la falta de un plan estructurado para el crecimiento de la ciudad: es una ciudad sin ningún tipo de identidad arquitectónica o urbanística. Casi una ciudad porque sí.

Aún así, cuando recorría los últimos kilómetros de desierto, mientras miraba, desde la ventana del ómnibus (uno de mis lugares favoritos para ver el mundo), las manchas de algarrobos y los pequeños caseríos cercanos a la ciudad, sentía que, en alguna forma, la tranquilidad y serenidad que, al menos en el Perú, están asociados a la ciudad, eran algo real, y no un lugar común.
¿Existe un espíritu de ciudad? ¿Algo que va más allá de nosotros, que está definido por quienes vivieron antes, y que definirá a quienes vivirán después allí?
Según Italo Calvino, sí. Hoy venía leyendo, en el bus al trabajo, "Las Ciudades Invisibles", donde habla de ciudades imaginarias, y sus esencias. Y me acordé de Piura.
Y me acordé, también, de Ourense, en Galicia, con sus puentes a diferentes niveles, y sus pequeños bares donde tomamos vino cuando ya ibamos borrachos, y sus montañas y su río. A veces son las ciudades que no planeabas visitar las que más se te quedan grabadas.

Tuesday, October 21, 2008

La Storia

Odio a las escritoras que escriben como mujeres.

Que cuentan cómo son una con la naturaleza, como sus cuerpos son extraordinariamente sexuales (y lo restriegan en la cara, con un ímpetu que hace pensar que en realidad están enmascarando algo), como la comida y los fantasmas y su sensibilidad única las hace tan especiales, tan diferentes a esos machos cabríos oligofrénicos con quienes no tienen más remedio que copular para perpetuar la especie.

Por eso me gusta Elsa Morante en La Storia.

Porque su personaje principal, Ida, está quebrada, desde el inicio, llena de temores y actitudes que la hacen muchísimo más humana y real que cualquier Tita de la Garza que pueda aparecer por ahí.

Porque sus personajes masculinos no son sólo avatares de la porquería varonil, sino seres humanos imperfectos, peligrosos y ciertos.

Porque no escribe como mujer, ni como hombre. Escribe como Novelista.

Thursday, July 31, 2008

Jimmy Corrigan, the smartest kid on Earth


El mundo del comic está lleno de perdedores en los papeles estelares. En Charlie Brown y Harvey Pekar, sí, pero también Peter Parker y Clark Kent, la onda, el coolness, no son características en lo absoluto reconocibles. Jimmy Corrigan encaja perfectamente en este grupo. Es más, podría ser el líder del grupo.

Abandonado por su padre, sobreprotegido por su madre, Jimmy es un ser humano roto, derrotado, incapaz, casi, de articular una frase completa sin trabarse. Su vida, a los 36 años, se reduce a ir de casa a la oficina, y luego regresar a casa a sentarse a ver pasar el tiempo por la ventana, a hablar con su madre, y a no hablar con Peggy, la recepcionista en la oficina, de quien está enamorado.

Un día recibe una carta y un pasaje de avión. Su padre, después de 30 años, le pide que vaya a visitarlo. Jimmy, tras dudar un poco, decide hacerlo.

De eso trata “Jimmy Corrigan, el niño más listo del mundo”, el comic de Chris Ware. Como en muchas obras narrativas modernas, la anécdota es mínima. Lo importante es el detalle, y la manera de contarla. Porque “Jimmy Corrigan” es, en muchos sentidos, un comic poco convencional. La disposición de los paneles se aleja del estándar de 6 por página, y obedece más bien al ritmo de la historia: un silencio incómodo puede llegar a ocupar media página, mientras que una secuencia en la que Jimmy duda sobre lo que tiene que decir, o hacer, está dibujada en una serie de paneles pequeños, como rápidos pensamientos. Hay, además, cortes en la narración, para incluir páginas recortables que sirven, en realidad, como aceleradores de la historia, como recursos alternos para contar la historia.

Pero los recursos narrativos de la obra no se limitan a los gráficos. La historia es contada con una serie de registros (la simple exposición de los hechos, la rimbombante escritura de la propaganda turística, la sutil lírica de los recuerdos) y recursos (el flujo de conciencia, la historia dentro de la historia, el surrealismo onírico, el simbolismo) que hacen que muchos de los más celebrados escritores de novelas “de verdad” se vean como simples one trick ponies

“Jimmy Corrigan” es una historia triste, hermosa y cierta sobre como las experiencias de los padres forjan, directa o indirectamente, el carácter de los hijos; sobre la soledad física y emocional; sobre el racismo explícito (e implícito) en los EEUU; sobre la oprimente atmósfera del Mid-West; sobre las oportunidades perdidas.

No sé que es lo que Chris Ware hará después de esto. Sólo sé que quiero leerlo.


Thursday, July 24, 2008

Los Fuckin Sombreros : Sha la la

Hay personas (el ex -novio de tu enamorada, la persona que contrataron para el puesto al que esperabas ascender, un crítico literario pedante, Gene Simmons) que, sobre el papel, no te deberían caer, que incluso deberías poder odiar, y que sin embargo, por mucho que te esfuerzas, no dejan de parecerte simpáticas, incluso llegan a caerte bien, sin atenuantes.

Algo parecido me pasa con el tercer disco de Los Fuckin Sombreros. Cada vez que me pongo los audífonos estoy preparado para decepcionarme, para encontrarlo sonso, vacío, inútil. Y cada vez el disco se encarga de demostrarme lo contrario, de ponerme en vereda, de desahuevarme. Y me alegro de que sea así.


Cuando compré el disco (y dejaré mi propósito original de hacer una crónica en la cual mi educación sentimental entre los 17 y los 20 años se veía alineada con el discurrir de LFS como banda activa), lo hice por pura fidelidad, por el cariño que le había agarrado a la banda. Pero varios prejuicios consiguieron que no lo escuchara. No hice hasta poco antes del concierto de despedida, para familiarizarme con las canciones. Y no lo volví a hacer hasta que se me dio por escribir estas reseñas, con la esperanza de encontrar que tenía razón, que era una bosta, y quedarme tranquilo.


Prejuicios:


1. La decepción que había tenido con Tornasol.
2. El disco fue grabado en vivo. Siempre me ha parecido un recurso que usan las bandas que sienten que no pueden transmitir en disco lo que hacen en vivo.
3. Fue catalogado como el “disco más rockero de LFS”. Normalmente en Perú eso quiere decir distorsión a lo bruto.
4. Habían empezado a componer canciones en inglés. Desde entonces he superado este prejuicio, pero en ese momento era uno de los motivos más fuertes que podía tener para bajar a un grupo hispanohablante de mi pirámide personal (TM Agustín Acevedo Kanopa).


No tenía razón. Es un buen disco. No llega a ser tan bueno como el primero, pero está a años luz del segundo.


En un perfecto movimiento pendular, el que brilla especialmente en este disco es François. Mantiene un nivel altísimo en todas sus canciones, y sólo resbala un poco en las estrofas de “Sha La La”. Y aún creo que esto es a propósito.


El tema del disco, el que le da mi neurótica cabeza, está presentado impecablemente en esa canción: la idiotez de la vida bohemia, la melancolía que genera, y el escape de la misma a través de la música. Y lo mejor es que consiguen dejar esto en claro con uno de los recursos más antiguos del rock: los shalalas. Pero lo que en los grupos sesenteros era sinónimo de fiesta, de buen rollo, en esta canción es melancolía pura, casi el spleen en sonido.


Por otro lado, François sigue siendo François. Sigue hablando de su gran obsesión (Always on my mind, Vivimos en tiempos extraños), sigue sonando inglés (Lyin, Corina), sigue cantando como si la vida le fuera en ello (Predicador). Sólo que lo hace mejor.


Only because you sold your song
to music halls, to king of spades, to outer space
And it´s always on my mind
Always on my mind


Corina quiere jugar
por eso llama al 911 y pide gas
A donde quiere llegar
si ya no quedan más números que digitar
Corina


Y ahora todo sigue igual
y nada nunca cambiará
vendimos la revolución
por un espacio en el mostrador
Vivimos en tiempos extraños


Lo bueno es que Pipe mejora considerablemente desde el disco anterior. Suyo es el shalala del que hablábamos antes. Suyos son, también, los solos de guitarra, especialmente buenos en el disco. Y aunque escribe algún tema olvidable (Fuckin Twist), escribe también canciones realmente lindas (Tarde o Temprano).


Y apaguen la tele
y prendan otro más
no hay nada mejor que escapar
Sha la la


Ha pasado tanto tiempo, creo no reconocer
y lo que antes era eterno ahora parece caer
Tarde o Temprano


Por 40 días tuve que andar
buscando un lugar donde aterrizar
y ya no sé regresar
40 días


Los Fuckin Sombreros eran un grupo de hombres maduros hablando de temas maduros. En ese sentido, el motivo de su separación (la marcha de François a Inglaterra para seguir con estudios de post-grado) es comprensible, incluso esperable. Lo bueno es que antes de irse nos dejaron estas canciones.

Friday, June 20, 2008

Los Fuckin Sombreros : Tornasol

Cuando conocí a Macarena, de lo primero que hablamos fue de Los Fuckin Sombreros. De cómo nos había gustado su primer disco, de cómo la mayor parte de la música que pasaban en la radio era (es) una mierda, y de cómo estábamos esperando a que saliera el segundo disco. Me contó de sus amigos, que eran primos del sobrino de Pipe Villarán, y cómo habían sido ellos quienes le hicieron escuchar por primera vez al grupo, mucho antes de que cualquiera en nuestra ciudad pudiera haberlo escuchado, probablemente mucho antes de que yo hubiera escuchado acerca del grupo.

En esa época, yo ya tenía internet. Y dada la cantidad de tiempo libre con el que contaba (o del tiempo libre que me hacía, o mi sorprendente capacidad de procastinar), me dediqué durante mucho tiempo a buscar cualquier noticia referida a lo que estaba la haciendo la banda. Probablemente haya leído todas las noticias pequeñas, todas las voceadas al respecto. La primera canción de adelanto que descargué de internet fue, justamente, de este disco. Entonces se llamaba Money, luego se llamó $$$$$$ (léase: Money).




La primera vez que oí las canciones fue durante su presentación en el Jammin. En ese entonces, el Jammin era un programa que pasaba presentaciones en vivo de grupos peruanos. Ese era el chiste, y era bueno por ello. Aunque tuviéramos que soplarnos los cuchucientos mil tributos a bandas, valía la pena si de vez en cuando podíamos ver a grupos interesantes haciendo cosas interesantes. Ahora, pasan enlatados de presentaciones de grupos extranjeros tocando en el Perú, vídeos de grupos extranjeros, entrevistas a grupos extranjeros.

La primera vez que escuché el disco, era música de fondo a una conversación con Alberto y Diego, de Los Zapping, y sus primos. Alberto era el amigo del cual Macarena me habló. Como carta de presentación, hablamos de Los Fuckin Sombreros, del concierto al cuál había ido yo, de los que él había visto. Me contó como le encantaba el nuevo disco, de lo mucho que lo había estado escuchando desde que lo consiguió.
Cualquier persona que me dijese que era fanático de Los Fuckin Sombreros, hubiera sido considerada automáticamente como un prospecto de amigo.

Y los Fuckin Sombreros me decepcionaron.


No porque el disco sea malo. Está a años luz de lo que cualquier grupo de esos que se dedican a auspiciar marcas de instrumentos pudiera hacer. Pero es justamente el que ha sido promocionado como su mayor logro el que hace que el disco me parezca fallido: su eclecticismo. Es como si le hubieran dado más peso a la forma, el género de cada canción, que al fondo.

En las canciones de Pipe es en las que más se nota esto. En el anterior disco había escrito canciones redondas, donde la letra respondía al color de la música, donde cada frase parecía pensada especialmente para decir algo, para alcanzar a alguien más allá de si mismo. Aquí, en cambio, muchas de sus letras son juegos de palabras, letras de canciones de rock setentero, en donde se habla de amor sobre riffs de hard rock. Porque Pipe ya no está deprimido, Pipe se ha enamorado, y eso se nota.


No puedo dejarte, mi Susi Blue
No puedo vivir, sin Droopie Sue
Susi Blue


Dulce Caramelo
Chupete Lollipop
Eco de un amor
No me necesitas


Dicen que tu tienes ese swing
Y a mi que chucha

Que chucha blues


Sin embargo, este eclecticismo sirve también para que Pipe escriba la canción más descaradamente bonita que, probablemente, jamás escribirá. Estrella es una canción acústica, compleja, con arreglos de xilófono y acordeón, en la que cuenta un sueño en el que “era todo carbón y soledad”. La pequeña coda instrumental consigue que, por un momento, el ambiente onírico del sueño exista en la realidad.

Aunque es también víctima del eclecticismo del disco, François mantiene un nivel más constante, sobre todo en lo que se refiere a letras. La preocupación de François sigue siendo la toma de actitud ante la sociedad, la inserción en el mercado laboral y en la jungla capitalista, la desconexión con el mundo dentro del mundo. Es esta monomanía, este darle una y otra vez al mismo tema con diferentes ópticas, diferentes acercamientos, lo que hace que la obra de François dentro de los Fuckin Sombreros tenga una cercanía con la obra artística en general. Como si cada una de sus canciones fuera un intento de aproximarse a su soledad interior, cada vez fallido, cada vez más cerca.


Vague por la ciudad
y nadie me reconocía
nos quieren olvidar
estando vivos todavía

Charlespunk


Si no quieres seguir
Sólo debes mentir

Moogriento

Clase pobre, mala educación
no lo hicieron un chico mejor
ahora lo ves en televisión
asaltando a toda la nación.

Vakera II

Lima no es un buen lugar
Seis

Pero los que más daño le hacen al disco son los dos finales de lado (en un hipotético LP), dos canciones de 7 minutos, una a la manera de Madchester, y otra como un electric blues.
El primero de ellos, Tornasol, no es malo, pero le falta algo para ser efectivo, algo para que el buen manejo del modelo, de la forma se convierta en ese extra que transforma a una canción en algo verdaderamente memorable. Tal vez sea el uso del hard rock para los arreglos, cuando debió haberse tomado la psicodelia como base.
Superficies, la canción que cierra el disco, es la peor canción que escribieron los Fuckin Sombreros. Un blues interminable, con un final cantado por muchos invitados que pasan desapercibidos. Macarena lo compara con las canciones interminables del Señor de los Anillos que, al menos en la traducción al español, conseguían que la prospectiva de un Sauron destruyendo los grandes bosques se viera como una dulce salida.

Friday, May 16, 2008

La Consciencia de Zeno


A principios de marzo leí “La Consciencia de Zeno”. La había comprado a mediados de diciembre, impulsado por su doble carácter de obra maestra del modernismo (al cuál le tengo un cariño inexplicable, como suelen ser los cariños), y el hecho de que haya estado recomendada por James Joyce (se dice que uno de los modelos para el personaje de Leopold Bloom fue Italo Svevo, quien habría mantenido con Joyce en Trieste una relación similar a la de Bloom con Stephen Dedalus), pero había pospuesto constantemente su lectura, por algún motivo u otro


.
La novela tiene una serie de detalles que me parecen interesantes. Haciendo uso del recurso del manuscrito, se presenta como una suerte de terapia escrita que lleva Zeno Cosini, triestino de finales del siglo XIX y principios del XX, a instancias de su psicoanalista. El psicoanálisis estaba por entonces en pañales, pero Svevo lo había estudiado a fondo. Llegó incluso a traducir alguna obra de Freud (al ser triestino, Svevo era bilingüe en alemán e italiano). Sin embargo, no son los temas o patologías, que por otra parte no puedo reconocer fácilmente, psiquiátricos los que me llaman la atención en la obra, sino la manera sutil en que Svevo pervierte la novela, con una técnica mucho menos llamativa que la que usaban Joyce, Proust o Faulkner en la misma época, pero no por ello menos transgresora, menos novedosa.



En primer lugar, me llama la atención la estructura de la novela. Lejos del esquema de inicio-nudo-desenlace, se presenta como una serie de episodios en los que de manera casi exponencial se va mostrando el mismo problema: la incapacidad de Zeno para ajustarse a lo que se espera de él socialmente. Ante esta imposibilidad Zeno, hombre mediocre, felizmente mediocre, reacciona, años después, de una manera aparentemente sardónica. Es en esa apariencia en la que reside el peso.


Porque Zeno Cosini no es un hombre feliz. Aunque diga no serlo aparentando serlo. Poco a poco van colándose en su relato las razones que se repite a si mismo una y otra vez para convencerse que él no tiene la culpa de lo que pasa a su alrededor, que todo podría haber sido controlado mejor, que él hizo lo posible, aunque no haya hecho nada, hasta que, ya al final, el peso de su remordimiento es demasiado grande y Zeno escribe sus primeras palabras verdaderamente desesperanzadas.



Y entonces uno se da cuenta de todo.


Wednesday, May 07, 2008

Gente que cumple años el mismo día que yo

De adelante para atrás:

Traci Lords, Almudena Grandes, Ruggero Deodato (yeee), Evita, Gary Cooper, Tito, Tchaikovsky, Brahms, Hume y Platón.

No está mal :D

Friday, April 18, 2008

Durante 6 meses pensé que "Mesh Gear Fox" era una canción de amor.

Hasta que anteayer leí la letra. Y me dí cuenta que es una canción de despecho, de decir "bueno, hasta ahora sí, pero ya no, se colmó el vaso, se cruzó la línea. Jódete"

And oh, mesh gear fox
Put out another bag of tricks from scientific box
Time's wasting and you're not gonna live forever
And if you doI'll come back and marry you
No use changin' now
You couldn't anyhow and ever (forever?)

It's not the way that I fear that I feel
It's the way you act
It's the way you look when you're near me
It's not so hard to conceal to concede? (conceal?)
It's the things you say
It's the things you do go right through me

Over the Neptune/Mesh Gear Fox

Sunday, March 30, 2008

De vuelta

Regresé al Perú. El cambio ha sido mucho menos drástico de lo que esperaba: pensaba que estaría extrañando demasiado a las personas que conocí en Milán. Y sin embargo es como si los últimos 6 meses hubieran sido un sueño bonito, y hubiese vuelto a la realidad, con todas sus aristas. Tal vez eso sea "sentirse como en casa".

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Estoy visitando a mi enamorada en Lima (yo vivo en Piura). Ayer fuimos a ver a Calle 13 (a mí me gusta, pero ella es fan).

Estuvo muy muy bueno. Pero un grupo de reggaeton que utiliza un Theremin en una canción tiene que estar, por fuerza, a años luz de los demás.


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Ahora tengo que hacer mi tesis y buscar trabajo. Eso me tendrá algún tiempo en Piura. Trataré de aprovecharlo escribiendo un par de posts largos.

Thursday, March 20, 2008

Apuntes Sonsos

Creo que comi pulmones en Hungria. No estoy seguro, pero la tipa esta hacia ruidos como de respirar cuando le pregunte que era. En realidad sabia a salsa Strogonoff, y la textura de la carne era como de panza. Estaba delicioso

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Metal Box es un excelente disco para dormir en movimiento.

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Dos libros geniales geniales, sobre los que espero escribir mas largo depues: La Consciencia de Zeno y Sophie's Choice.

Esperaba buenas cosas del segundo, pero no que me gustara de la manera en que me esta gustando. Lo encuentro francamente divertido, y por eso mismo estoy ansioso de ver como es que Styron consigue meter lo horrendo en la novela.

Y el protagonista de La Consciencia de Zeno es simplemente genial, en su mediocridad.

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Las mujeres mas lindas que vi estaban en Hungria.

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Si alguna vez compran honos en Amsterdam, no se dejen llevar por el consejo del vendedor: los mexicanos no hacen nada.

Monday, March 03, 2008

Los Fuckin Sombreros : Bazuka!

Este post pensé escribirlo hace un año. Mi método de escritura es demasiado errático, y es recién hoy que me he sentado a escribirlo. El motivo principal por el que siento que ahora es el momento de escribirlo es que mi estado de ánimo es muy similar al que tenía hace un año: la sensación de que una etapa de mi vida estaba por cerrarse completamente.


Hace un año, o poco más, fue el último concierto de Los Fuckin Sombreros. LFS son importantes para mí porque, además de haber sacado una trilogía de discos muy buenos, y haber sido el primer punto en común que tuve con Alberto y Diego, de Los Zapping, fueron el primer grupo “alternativo” peruano que vi en vivo.


Era el verano del 2003, iba a cumplir 17 años. La falta de conexión a internet había causado que durante mucho tiempo mi única relación con el mundo de la música fuera la MTV de finales de los noventa y principios del milenio, en pleno reinado del nü metal. No voy a pretender ahora que nunca los disfruté (llegué a comprarme el tercer disco de Limp Bizkit), pero ya el verano anterior a ese, el del 2002, lo había pasado escuchando el Rotten Apples de Smashing Pumpkins, el Badmotorfinger de Soundgarden, el Vs. y el Vitalogy de Pearl Jam. Fueron, probablemente, la última tanda de cds que me compré. A partir del año siguiente llegaría la banda ancha.


Durante todo el 2002 se vivía la primera de las muchas oleadas de hypes que hemos vivido en lo que va de la década: la del “Nuevo Rock”. Yo, feliz de ya no tener que ver a tipos vestidos enteramente de negro, con aretes expansores y dreads que les llegaban hasta la cintura rapear sobre una base distorsionada, buscaba en los periódicos cualquier noticia que me pudiera dar algún indicio de lo que hacían The Strokes, The Hives, The White Stripes. De vez en cuando encontraba noticias sobre una banda peruana que había estado haciendo más o menos lo mismo al mismo tiempo: Astrolabios.


Astrolabios era el nombre del proyecto que Pipe Villarán y François Peglau formaron después de la desaparición de sus bandas anteriores. Pipe había formado parte de G3, una de las bandas más importantes de la explosión punk peruana de los 80. Francois era el guitarrista de El Guetto, que funcionó durante los 90. Reclutaron a Arturo Ríos, ex baterista de La Liga del Sueño (una de las pocas bandas de pop peruano que coqueteó con la masividad entre Arena Hash y Libido), y a Bruno Pérez, que luego tocaría en Turbopótamos, y se lanzaron a componer, o a rescatar, canciones que, por espíritu o sonoridad, no habrían podido incluir en sus previas bandas (G3 era una banda hardcore, El Guetto una banda de fusión con predominancias ska).

Para el verano del 2003, cuando yo estaba cursando el curso de aclimatación universitaria en la Universidad de Piura, Astrolabios había cambiado de nombre. Ahora eran Los Fuckin Sombreros (nombre nerd si los hay: sale de una serie de chistes que hacían los integrantes al ver el capítulo de los “urban sombreros” de Seinfeld). Habían grabado su primer disco, y estaban en pleno proceso de promoción en Lima. Aprovechando que tenía aún algunas semanas entre el final del curso de verano y el inicio del ciclo propiamente dicho, viajé a Lima. Álvaro (un amigo de la infancia a quien reencontré en la universidad) y yo iríamos al concierto que darían en el Sargento Pimienta de Barranco.


Aunque el concierto, a la luz de los años, no fue gran cosa, como si lo sería el último concierto de ellos, al día siguiente Álvaro y yo escuchábamos una y otra vez las canciones que la banda había colgado en su página web. Lo que es tener 16 años y estar emocionados.


El primer disco de Los Fuckin Sombreros es el disco de Pipe. No porque François no haya participado en él, es probable que sus canciones estén entre las más bonitas que he escuchado. Pero el nivel que alcanzó Pipe para plasmar sus emociones en este disco no volvería a alcanzarlo en los siguientes dos.



Algo que se dice sobre el tercer disco de The Velvet Underground es que es la mañana siguiente de la fiesta que fueron los primeros dos. Bazuka! no es eso, es más bien el fin de semana siguiente a una fiesta continua que tal vez haya durado años, y que acabas de descubrir que ya no puede seguir por mucho más, que el cuerpo ya no es el mismo de antes y las personas han ido cambiando a tu alrededor hasta que ya no las reconoces. Y entonces te preguntas que demonios puedes hacer, si es que de verdad ha valido la pena todo esto, o hubiera sido mejor dedicarse a otra cosa.


De eso hablan las canciones de Pipe, de noches en las que no se reconoce ni en si mismo ni en los demás, y de la extrañeza que esto le causa. O de no querer ya salir, de haberse aburrido de todo y preferir quedarse en casa haciendo nada.


Y si te digo que en el medio
el vértigo es aún mayor
cuando tengas que dar el vuelto
puedes pedirle ayuda a Dios
Bazuka!


¿Cuánto puedes andar?
¿Cuánto por aguantar?
siempre es igual
Vakera


Y vuelves a aparecer
tan cerca y lejos de mí
vuelves para aliviarme el dolor.
Y es difícil creer que una vez
fui normal
la calle no me dejará escapar

Tan Lejos




Recordaré la belleza de lo simple
y nunca olvidaré los momentos junto a ti
y el mismo sol de todas estas noches
hoy lo llevó junto a mi

Barbacoa Punk


Aunque tal vez sea François el que mejor plasma la sensación de melancolía en medio de la fiesta en la canción que cierra el disco, Amnesia. Sus otras canciones hablan de temas que luego volvería a tocar en el segundo y en el tercer disco de LFS: la posibilidad de pertenecer sin remordimientos al sistema de trabajo capitalista, la opresión del mundo cotidiano. Todo esto envuelto en canciones pop de menos de 4 minutos.


Un escape humanista
es la quiebra de la empresa elitista
Sorprendido


Quemarte las pestañas por tan solo un dólar más
que igual te lo consumes sumergido en algún bar
Sinsentido


Sufro lagunas constantes
producto de excesos de alcohol
abuso de algunos calmantes
porque me olvido el mañana
Amnesia


Y dos pequeñas joyas: Dulce TV y Día de Sol. La primera habla de quedarse en casa viendo televisión, con las luces apagadas y sin tener alguna intención de pensar en algo que no sea lo que está en la pantalla azul. Pequeños toques electrónicos y punteos a-la-Electro Z matizan la canción. La segunda es la canción perfecta para salir a caminar, para dejarse llevar por la marea de gente en la gran ciudad y encontrarse con huecos que no pensaste que existían tan cerca, un pequeño parque donde los árboles crecen alto, una tiendecita bonita, un café.





Descargar: Los Fuckin Sombreros - Bazuka!

Wednesday, February 20, 2008

De como algo que podría haber salido demasiado mal salió bastante bien


La baterista de Mauve me recuerda dos cosas: a un Golem (by-the-way de Full Metal Alchemist, que es más bien una armadura con alma en lugar de una estatua de barro) y a una Georgia Hubley (la baterista de Yo La Tengo) mucho más tímida. Me gusta la manera en que lleva el tiempo en corcheas sin hacer ningún sonido, golpeando con la baqueta la parte de arriba de su bombo, sólo para marcar los compases, como si de no hacerlo se le fueran a escapar.


Pero la verdad es que para ese momento casi cualquier cosa que sucediera en el escenario lo estaría disfrutando de todas formas. Ya el estar allí era en si mismo un pequeño triunfo. Hasta las cuatro y media de la tarde estaba en Milán, esperando que me firmaran la boleta confirmando mi nota en un exámen. Luego llegue a casa, deje la laptop encima de la cama, agarré mi mochila y me fui a la estación de trenes a buscar el primer tren que fuese para Torino. El concierto estaba programado para empezar a las 9 pm, y el tren llegaría allí a las 8, con lo cual no debería tener ningún problema para llegar a tiempo. Ya el regreso se vería.


Pero me olvidé de apuntar las direcciones que daban en la página web del local. Y me olvidé que en Europa conseguir una cabina de internet es casi como encontrarte un billete tirado en el piso.


Así que me pasé la primera hora en Torino paseando por la ciudad, buscando cambio para llamar por teléfono al local, planificando cual sería el mejor lugar para dejar pasar el tiempo hasta las 4:50 de la mañana, y pensando que, para variar, mi papá tenía razón.


Luego me acerqué a un grupo de italianos que esperaban a sus amigos en una esquina. Les pregunté si tenían alguna idea de donde quedaba el local. Hicieron un par de llamadas (creo que mi acento y mi cara de "no-tengo-ni-puta-idea-de-que-haré" me ayudaron; no sería la última vez de la noche) y me dijeron que tenía que tomar un bus que me llevaría hasta el culo del universo. Y más allá.


Les agradecí y tomé el bús, que pasaba exactamente al frente de donde me bajé del tren (aparentemente no había borrado completamente de mi memoria la información de como llegar) y viajé por media hora hasta llegar al medio de la nada. Al costado de la parada del bús habían tres automóviles desgüasados. Un pata con el viaje en el bús me preguntó como pensaba hacer para regresar, que él iba a tomar el último bús de la noche, así no hubiese terminado el concierto. Yo le dije que ya vería, pero reservé mi plan maestro: quedarme hasta que cerraran el local y luego esperar afuera del mismo a que empezaran a pasar los buses. Una señal de lo estúpidamente despreocupado que puedo ser.


Entonces entro al local, y Mauve está empezando a tocar. La primera canción me gustó mucho, sonaba similar a los momentos más pop de Sonic Youth, con intermedios ruidosos y todo. La segunda y la tercera fueron, en cambio, un bajón en la calidad. Demasiado lentas, demasiado aburridas. Y entonces tocaron "Santiago". Es posible que haya sido que en ese momento prendieron los reflectores del escenario y la luz me dió directamente a la cara, pero el adjetivo que se me ocurre para describir esa canción es "luminoso". No es una canción especialmente feliz, ni especialmente movida, ni su melodía es especialmente recordable. Pero tiene algo que hace que ciertos momentos, como caminar por la ciudad con el sol en la cara, o estar a cientos de kms de donde deberías estar sin tener ni idea de como regresarás, valgan la pena.


Luego, un rato de música mientras se terminaba de armar el escenario para que tocara Jens. Pusieron "Strange things will happen" de Radio Dept., y "Nothing Better" de Postal Service. A mi costado había un grupo de chicas que bailaban y cantaban.


Cuando subió Jens Lekman al escenario en la primera persona en quién pensé fue en mi compañero de residencia Markus. Markus es el típico estudiante de ingeniería, un poco retraído, al cual uno ve y a la primera dice "este estudia ingeniería". El nerd de las películas gringas. Los españoles de la residencia le dicen "El Chalecos". Y Jens Lekman tiene exactamente la misma pinta: un poco jorobado, flaco, con cara de tímido, de no hablar con nadie.


Hasta que empieza a cantar.


Yo esperaba que el concierto fuera bueno. Pero no que fuera tan bueno. Sus canciones sonaban todas más potentes en vivo, más movidas, más vivas. "Friday Night At The Drive-In Bingo", por ejemplo, que en el disco es una canción bonita a medio tiempo, en vivo es un rock and roll cincuentero, casi un twist. Y así con todas. Y lo mejor es que las mismas chicas que mencioné antes, un gordito a mi costado y yo bailabamos con las canciones (no me fijé si atrás también bailaban, supongo que no), y yo no me sentía tan estúpido por tener dos pies izquierdos.


Al final Jens se quedó solo en el escenario tocando Pocketful of Money. Todo el público cantó la parte del sample de Beat Happening. Fue algo muy bonito. Jens dijo: "Oh please, don´t stop, this is so beautiful". Entonces me di cuenta que para él era igual de especial que para nosotros, que tal vez el motivo por el que hace las canciones que hace es porque es la única forma que tiene de encontrar empatía con los demás.


Lamentablemente no pude conversar con él. Una de las chicas que bailaba a mi costado, y que estaba completamente ebria y pesada (y que me preguntó a bocajarro si era gay, lo que hará que mi enamorada tenga motivos para burlarse de mi durante mucho tiempo - ella siempre me jode con que soy gay-) aparentemente le dijo algo que no le gustó cuando salió a conversar con todos y se encerró en su camerino.


Yo me quedé por ahí dando vueltas y me puse a conversar con otra de las chicas que habían estado a mi costado esa noche. Resultó que estudiaba en la Escuela de Escritura Creativa Holden. Y entonces mi nerdidad, y mi acento y mi cara-mencionada-anteriormente, absoluta sirvió de mucho: "Ah, la de Baricco", y me puse a conversar de literatura con ella. Fue entonces que me preguntaron si era gay de nuevo, porque solamente habían gays en esa escuela. La chica me dijo que no me preocupe, que su amiga estaba borracha, y que ni siquiera es que hubieran tantos gays, solo ella (con la que estaba hablando) y otro más en su año. También me dijo que cuando quisiera quedábamos para ir a una de las clases de escritura creativa.


Luego llegaron sus demás amigas y un amigo suyo que resultó haber estado en Perú de vacaciones. El amigo me dijo "oye, ¿tienes que irte a las 4:50 de la mañana por fuerza? Porque puedes dormir en mi sofá y luego tomar un tren más tarde". Y yo pensé: "Dios es grande".


Y así algo que podría haber salido demasiado mal, salió bastante bien.


Monday, February 11, 2008

A ver si se me entiende


Si hay algo por lo que nunca me interese en mi vida, y por lo que en realidad nunca pensé que llegaría a interesarme, es por la arquitectura. El cine, otra de mis grandes lagunas, es siempre una posibilidad latente, siempre un interés más teórico que práctico que la manera en que la literatura, la música, la historia y la pintura llenan mi vida ha impedido su concreción.


Por la arquitectura no me interesé mucho nunca. Cuando, entre los 11 y los 14 años, leí los volúmenes de historia de la Enciclopedia Temática heredada de mi madre, solía saltarme las partes de historia de la arquitectura, la descripción de los templos griegos y de los castillos medievales y de las fortalezas persas y sumerias. Simplemente no llegaban a interesarme.


Sin embargo, el hecho de que mi vida se haya llenado, desde hace un año cuando mi enamorada empezó a estudiar arquitectura, y aún más ahora, cuando en la residencia el 60% estudia dicha carrera, de futuros arquitectos, ha ocasionado que, inevitablemente, me interese por la materia.


Así que le pedí a mi amiga Raquel que me prestara su libro del curso de Historia de la Arquitectura en la primera mitad del siglo XX, y me puse a hojearlo. Empieza en el que es, posiblemente, mi momento favorito de la historia del arte: el Modernismo. La aparición casi simultánea de personas dispuestas a hacer algo completamente diferente a lo que se supone que es lo que deberían estar haciendo, de zurrarse soberanamente en todas las convenciones existentes y de desarrollar sus propios códigos, ya sea en pintura, poesía, narrativa o música, es algo que me apasiona.


En arquitectura, esta es la época de Lloyd Wright y Le Corbusier. Si bien ya anteriormente se habían desarrollado proyectos artísticos diferentes (el Modernismo catalán –que no es el mismo, pero se llama igual- con Gaudí a la cabeza, por ejemplo), la manera en que estos rompieron, si no he entendido mal, las convenciones de lo que debería ser la arquitectura (inclinándose por la funcionalidad como el aspecto más importante) marcó un antes y un después. Y es ese después de lo que se ocupa el libro.


Ahora bien, no puedo pretender saber si quiera lo básico de arquitectura con la sola lectura de un manual mal diagramado de un curso de 5 créditos de una universidad italiana, así que no trataré de explicar las diversas corrientes, ni mucho menos. Pero quiero comentar algunas ideas sobre el Post-Modernismo.


Surge, como su nombre lo dice, y al igual que en otras artes, como reacción a lo que postulaba el Modernismo. En el caso de la arquitectura, básicamente un regreso a la ornamentación y el cuidado estético formal que había sido dejado de lado por los ultrafuncionales Modernistas, a lo que además se agrega un gusto por la intertextualidad y la cita a la Historia. En teoría, nada que objetar.


Pero, como dice Homero Simpson, el comunismo también funciona en la teoría. Hay algo de los edificios postmodernos, al menos de los que he visto en ese manual, que hace que piense que están tomando la decisión correcta con el enfoque equivocado. Entiendo la necesidad de apropiarse de la Historia, incluso de reírse de ella. Entiendo, incluso me encanta, que se busquen llevar forma de comunicación populares (comic, radionovelas) al “High Art”. Pero lo que no entiendo es la burla gratuita, el privilegio del propio poder de decir lo que nos de la gana sobre lo que, según yo, debería ser el fin último de todo tipo de arte: la Belleza. No me refiero a una Belleza en el sentido de armonía: un edificio que rompa visualmente con el área que lo rodea me parece que puede ser incluso más hermoso que uno que aparentemente dialogue con ella, pero lo haga en medio de la burla y la falta de respeto.


Las columnas irónicas se las pueden meter por donde les quepan.

Wednesday, February 06, 2008

Subiéndome al carro

Motivos por los que el disco de Vampire Weekend me ha gustado hasta ahora:

1. Las melodías son bastante bonitas, no cansinas, saltarinas.

2. Los ritmos, africanos o new wave o rehash de alguna banda blanca que ya los tocaba (Talking Heads, por ejemplo.) me entretienen.

3. . En A-Punk referencian a Phillip Roth (“lilywhite hand” de La mancha humana. Demasiado exacto para que no lo sea. O al menos a mí me gusta pensar eso.)

4. El coro en Oxford Comma: “Why would you lie about how much cold you have? / Why would you lie about something dumb like that? / Why would you lie about anything at all?”

5. “Do you want to fuck? / Like you know I do”. Y estoy seguro que él ya sabe que no.

No es un disco perfecto, ni mucho menos. Al final cansa un poco. Pero es bonito, y a veces eso es suficiente.





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Y ya que me subo, pondré un video de una banda que estuvo muy hypeada el año pasado, y que por ende no quería escuchar. Pero luego Macarena va y me convence. Y luego escucho la introducción y me sonó a Smiths, y a mí Smiths me puede. Así que aquí está

Black Kids

Monday, February 04, 2008

bueno, ya recupere mi laptop...

despues de examenes posteo

Tuesday, January 08, 2008

Vietnam

Los Zapping tocando Vietnam en Jammin (programa peruano donde pasan rock nacional en vivo).

El EP de Los Zapping está muy bien. Me ha acompañado varias veces entre la universidad y la residencia en el tranvía.

Me gustan los sólos en esta versión