Saturday, February 17, 2007

Siddartha

Siddartha es el tercer libro de Hermann Hesse que leo. Del primero que leí, Damien, recuerdo muy poco, ya que lo leí de muy chico. El segundo, Bajo la rueda, en cambio, lo leí la semana anterior a Siddartha, y fue uno de los motivos por los que decidí priorizar la lectura de este último.

Escrita como representación artística del interés que Hesse adquirió por la filosofía budista, la novela cuenta la historia de Siddartha, de la secta de los brahmanes, y su búsqueda de la iluminación. Siddartha empieza, al igual que Buda (quien aparece en la novela con el nombre de Gotama), siguiendo las enseñanzas de los ascetas hindúes. Sin embargo, las encuentra vacías de significado real, por lo que continúa su búsqueda. Esta es la actitud que mantiene a lo largo de toda la novela: no se queda contento con lo que ya conoce, algo, su yo interno, le dice que siempre hay algo más por conocer.

Me queda un sabor raro en la boca luego de leer esta novela. Como si estuviese demasiado diluida para el lector occidental. No sé hasta que punto habra profundizado Hesse en la doctrina budista (es posible que bastante), pero me parece que hay algo que le falta al libro.

Nuevamente he perdido las ganas de redactar esta entrada. Debería hacerlo en horas de trabajo, porque al llegar a casa ya estoy muerto, pero no lo hago. Veré si con el próximo libro me va mejor

2 comments:

Ezequiel said...

Yo lo lei cuando era pequeño, ponele, tenia 14 años, y me encanto. Luego lo releí muchas veces, ya que tiene un lenguaje muy simple y es corto.
Obviamente si lo ves como una metafora o version digerida del budismo te va a quedar cortisimo ya que no creo que ningún libro podria hacerlo - si este libro lo intenta, bueno, seria un defecto de el. Pero como historia y reflexión de la condición humana a mi me agrado mucho. Igual, es para cierta edad.

Colifloressecas said...

A los 14 tambien lei a Hesse, pero fue Damien. Segun mi, era uno de los mejores que habia leido. No le vi gran cosa tampoco. Pero estoy casi seguro que, si lo leo ahora, lo valorare mas que entonces. A lo mejor, si las cosas hubieran pasado al reves...