Wednesday, February 20, 2008

De como algo que podría haber salido demasiado mal salió bastante bien


La baterista de Mauve me recuerda dos cosas: a un Golem (by-the-way de Full Metal Alchemist, que es más bien una armadura con alma en lugar de una estatua de barro) y a una Georgia Hubley (la baterista de Yo La Tengo) mucho más tímida. Me gusta la manera en que lleva el tiempo en corcheas sin hacer ningún sonido, golpeando con la baqueta la parte de arriba de su bombo, sólo para marcar los compases, como si de no hacerlo se le fueran a escapar.


Pero la verdad es que para ese momento casi cualquier cosa que sucediera en el escenario lo estaría disfrutando de todas formas. Ya el estar allí era en si mismo un pequeño triunfo. Hasta las cuatro y media de la tarde estaba en Milán, esperando que me firmaran la boleta confirmando mi nota en un exámen. Luego llegue a casa, deje la laptop encima de la cama, agarré mi mochila y me fui a la estación de trenes a buscar el primer tren que fuese para Torino. El concierto estaba programado para empezar a las 9 pm, y el tren llegaría allí a las 8, con lo cual no debería tener ningún problema para llegar a tiempo. Ya el regreso se vería.


Pero me olvidé de apuntar las direcciones que daban en la página web del local. Y me olvidé que en Europa conseguir una cabina de internet es casi como encontrarte un billete tirado en el piso.


Así que me pasé la primera hora en Torino paseando por la ciudad, buscando cambio para llamar por teléfono al local, planificando cual sería el mejor lugar para dejar pasar el tiempo hasta las 4:50 de la mañana, y pensando que, para variar, mi papá tenía razón.


Luego me acerqué a un grupo de italianos que esperaban a sus amigos en una esquina. Les pregunté si tenían alguna idea de donde quedaba el local. Hicieron un par de llamadas (creo que mi acento y mi cara de "no-tengo-ni-puta-idea-de-que-haré" me ayudaron; no sería la última vez de la noche) y me dijeron que tenía que tomar un bus que me llevaría hasta el culo del universo. Y más allá.


Les agradecí y tomé el bús, que pasaba exactamente al frente de donde me bajé del tren (aparentemente no había borrado completamente de mi memoria la información de como llegar) y viajé por media hora hasta llegar al medio de la nada. Al costado de la parada del bús habían tres automóviles desgüasados. Un pata con el viaje en el bús me preguntó como pensaba hacer para regresar, que él iba a tomar el último bús de la noche, así no hubiese terminado el concierto. Yo le dije que ya vería, pero reservé mi plan maestro: quedarme hasta que cerraran el local y luego esperar afuera del mismo a que empezaran a pasar los buses. Una señal de lo estúpidamente despreocupado que puedo ser.


Entonces entro al local, y Mauve está empezando a tocar. La primera canción me gustó mucho, sonaba similar a los momentos más pop de Sonic Youth, con intermedios ruidosos y todo. La segunda y la tercera fueron, en cambio, un bajón en la calidad. Demasiado lentas, demasiado aburridas. Y entonces tocaron "Santiago". Es posible que haya sido que en ese momento prendieron los reflectores del escenario y la luz me dió directamente a la cara, pero el adjetivo que se me ocurre para describir esa canción es "luminoso". No es una canción especialmente feliz, ni especialmente movida, ni su melodía es especialmente recordable. Pero tiene algo que hace que ciertos momentos, como caminar por la ciudad con el sol en la cara, o estar a cientos de kms de donde deberías estar sin tener ni idea de como regresarás, valgan la pena.


Luego, un rato de música mientras se terminaba de armar el escenario para que tocara Jens. Pusieron "Strange things will happen" de Radio Dept., y "Nothing Better" de Postal Service. A mi costado había un grupo de chicas que bailaban y cantaban.


Cuando subió Jens Lekman al escenario en la primera persona en quién pensé fue en mi compañero de residencia Markus. Markus es el típico estudiante de ingeniería, un poco retraído, al cual uno ve y a la primera dice "este estudia ingeniería". El nerd de las películas gringas. Los españoles de la residencia le dicen "El Chalecos". Y Jens Lekman tiene exactamente la misma pinta: un poco jorobado, flaco, con cara de tímido, de no hablar con nadie.


Hasta que empieza a cantar.


Yo esperaba que el concierto fuera bueno. Pero no que fuera tan bueno. Sus canciones sonaban todas más potentes en vivo, más movidas, más vivas. "Friday Night At The Drive-In Bingo", por ejemplo, que en el disco es una canción bonita a medio tiempo, en vivo es un rock and roll cincuentero, casi un twist. Y así con todas. Y lo mejor es que las mismas chicas que mencioné antes, un gordito a mi costado y yo bailabamos con las canciones (no me fijé si atrás también bailaban, supongo que no), y yo no me sentía tan estúpido por tener dos pies izquierdos.


Al final Jens se quedó solo en el escenario tocando Pocketful of Money. Todo el público cantó la parte del sample de Beat Happening. Fue algo muy bonito. Jens dijo: "Oh please, don´t stop, this is so beautiful". Entonces me di cuenta que para él era igual de especial que para nosotros, que tal vez el motivo por el que hace las canciones que hace es porque es la única forma que tiene de encontrar empatía con los demás.


Lamentablemente no pude conversar con él. Una de las chicas que bailaba a mi costado, y que estaba completamente ebria y pesada (y que me preguntó a bocajarro si era gay, lo que hará que mi enamorada tenga motivos para burlarse de mi durante mucho tiempo - ella siempre me jode con que soy gay-) aparentemente le dijo algo que no le gustó cuando salió a conversar con todos y se encerró en su camerino.


Yo me quedé por ahí dando vueltas y me puse a conversar con otra de las chicas que habían estado a mi costado esa noche. Resultó que estudiaba en la Escuela de Escritura Creativa Holden. Y entonces mi nerdidad, y mi acento y mi cara-mencionada-anteriormente, absoluta sirvió de mucho: "Ah, la de Baricco", y me puse a conversar de literatura con ella. Fue entonces que me preguntaron si era gay de nuevo, porque solamente habían gays en esa escuela. La chica me dijo que no me preocupe, que su amiga estaba borracha, y que ni siquiera es que hubieran tantos gays, solo ella (con la que estaba hablando) y otro más en su año. También me dijo que cuando quisiera quedábamos para ir a una de las clases de escritura creativa.


Luego llegaron sus demás amigas y un amigo suyo que resultó haber estado en Perú de vacaciones. El amigo me dijo "oye, ¿tienes que irte a las 4:50 de la mañana por fuerza? Porque puedes dormir en mi sofá y luego tomar un tren más tarde". Y yo pensé: "Dios es grande".


Y así algo que podría haber salido demasiado mal, salió bastante bien.


Monday, February 11, 2008

A ver si se me entiende


Si hay algo por lo que nunca me interese en mi vida, y por lo que en realidad nunca pensé que llegaría a interesarme, es por la arquitectura. El cine, otra de mis grandes lagunas, es siempre una posibilidad latente, siempre un interés más teórico que práctico que la manera en que la literatura, la música, la historia y la pintura llenan mi vida ha impedido su concreción.


Por la arquitectura no me interesé mucho nunca. Cuando, entre los 11 y los 14 años, leí los volúmenes de historia de la Enciclopedia Temática heredada de mi madre, solía saltarme las partes de historia de la arquitectura, la descripción de los templos griegos y de los castillos medievales y de las fortalezas persas y sumerias. Simplemente no llegaban a interesarme.


Sin embargo, el hecho de que mi vida se haya llenado, desde hace un año cuando mi enamorada empezó a estudiar arquitectura, y aún más ahora, cuando en la residencia el 60% estudia dicha carrera, de futuros arquitectos, ha ocasionado que, inevitablemente, me interese por la materia.


Así que le pedí a mi amiga Raquel que me prestara su libro del curso de Historia de la Arquitectura en la primera mitad del siglo XX, y me puse a hojearlo. Empieza en el que es, posiblemente, mi momento favorito de la historia del arte: el Modernismo. La aparición casi simultánea de personas dispuestas a hacer algo completamente diferente a lo que se supone que es lo que deberían estar haciendo, de zurrarse soberanamente en todas las convenciones existentes y de desarrollar sus propios códigos, ya sea en pintura, poesía, narrativa o música, es algo que me apasiona.


En arquitectura, esta es la época de Lloyd Wright y Le Corbusier. Si bien ya anteriormente se habían desarrollado proyectos artísticos diferentes (el Modernismo catalán –que no es el mismo, pero se llama igual- con Gaudí a la cabeza, por ejemplo), la manera en que estos rompieron, si no he entendido mal, las convenciones de lo que debería ser la arquitectura (inclinándose por la funcionalidad como el aspecto más importante) marcó un antes y un después. Y es ese después de lo que se ocupa el libro.


Ahora bien, no puedo pretender saber si quiera lo básico de arquitectura con la sola lectura de un manual mal diagramado de un curso de 5 créditos de una universidad italiana, así que no trataré de explicar las diversas corrientes, ni mucho menos. Pero quiero comentar algunas ideas sobre el Post-Modernismo.


Surge, como su nombre lo dice, y al igual que en otras artes, como reacción a lo que postulaba el Modernismo. En el caso de la arquitectura, básicamente un regreso a la ornamentación y el cuidado estético formal que había sido dejado de lado por los ultrafuncionales Modernistas, a lo que además se agrega un gusto por la intertextualidad y la cita a la Historia. En teoría, nada que objetar.


Pero, como dice Homero Simpson, el comunismo también funciona en la teoría. Hay algo de los edificios postmodernos, al menos de los que he visto en ese manual, que hace que piense que están tomando la decisión correcta con el enfoque equivocado. Entiendo la necesidad de apropiarse de la Historia, incluso de reírse de ella. Entiendo, incluso me encanta, que se busquen llevar forma de comunicación populares (comic, radionovelas) al “High Art”. Pero lo que no entiendo es la burla gratuita, el privilegio del propio poder de decir lo que nos de la gana sobre lo que, según yo, debería ser el fin último de todo tipo de arte: la Belleza. No me refiero a una Belleza en el sentido de armonía: un edificio que rompa visualmente con el área que lo rodea me parece que puede ser incluso más hermoso que uno que aparentemente dialogue con ella, pero lo haga en medio de la burla y la falta de respeto.


Las columnas irónicas se las pueden meter por donde les quepan.

Wednesday, February 06, 2008

Subiéndome al carro

Motivos por los que el disco de Vampire Weekend me ha gustado hasta ahora:

1. Las melodías son bastante bonitas, no cansinas, saltarinas.

2. Los ritmos, africanos o new wave o rehash de alguna banda blanca que ya los tocaba (Talking Heads, por ejemplo.) me entretienen.

3. . En A-Punk referencian a Phillip Roth (“lilywhite hand” de La mancha humana. Demasiado exacto para que no lo sea. O al menos a mí me gusta pensar eso.)

4. El coro en Oxford Comma: “Why would you lie about how much cold you have? / Why would you lie about something dumb like that? / Why would you lie about anything at all?”

5. “Do you want to fuck? / Like you know I do”. Y estoy seguro que él ya sabe que no.

No es un disco perfecto, ni mucho menos. Al final cansa un poco. Pero es bonito, y a veces eso es suficiente.





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Y ya que me subo, pondré un video de una banda que estuvo muy hypeada el año pasado, y que por ende no quería escuchar. Pero luego Macarena va y me convence. Y luego escucho la introducción y me sonó a Smiths, y a mí Smiths me puede. Así que aquí está

Black Kids

Monday, February 04, 2008

bueno, ya recupere mi laptop...

despues de examenes posteo