Friday, June 20, 2008

Los Fuckin Sombreros : Tornasol

Cuando conocí a Macarena, de lo primero que hablamos fue de Los Fuckin Sombreros. De cómo nos había gustado su primer disco, de cómo la mayor parte de la música que pasaban en la radio era (es) una mierda, y de cómo estábamos esperando a que saliera el segundo disco. Me contó de sus amigos, que eran primos del sobrino de Pipe Villarán, y cómo habían sido ellos quienes le hicieron escuchar por primera vez al grupo, mucho antes de que cualquiera en nuestra ciudad pudiera haberlo escuchado, probablemente mucho antes de que yo hubiera escuchado acerca del grupo.

En esa época, yo ya tenía internet. Y dada la cantidad de tiempo libre con el que contaba (o del tiempo libre que me hacía, o mi sorprendente capacidad de procastinar), me dediqué durante mucho tiempo a buscar cualquier noticia referida a lo que estaba la haciendo la banda. Probablemente haya leído todas las noticias pequeñas, todas las voceadas al respecto. La primera canción de adelanto que descargué de internet fue, justamente, de este disco. Entonces se llamaba Money, luego se llamó $$$$$$ (léase: Money).




La primera vez que oí las canciones fue durante su presentación en el Jammin. En ese entonces, el Jammin era un programa que pasaba presentaciones en vivo de grupos peruanos. Ese era el chiste, y era bueno por ello. Aunque tuviéramos que soplarnos los cuchucientos mil tributos a bandas, valía la pena si de vez en cuando podíamos ver a grupos interesantes haciendo cosas interesantes. Ahora, pasan enlatados de presentaciones de grupos extranjeros tocando en el Perú, vídeos de grupos extranjeros, entrevistas a grupos extranjeros.

La primera vez que escuché el disco, era música de fondo a una conversación con Alberto y Diego, de Los Zapping, y sus primos. Alberto era el amigo del cual Macarena me habló. Como carta de presentación, hablamos de Los Fuckin Sombreros, del concierto al cuál había ido yo, de los que él había visto. Me contó como le encantaba el nuevo disco, de lo mucho que lo había estado escuchando desde que lo consiguió.
Cualquier persona que me dijese que era fanático de Los Fuckin Sombreros, hubiera sido considerada automáticamente como un prospecto de amigo.

Y los Fuckin Sombreros me decepcionaron.


No porque el disco sea malo. Está a años luz de lo que cualquier grupo de esos que se dedican a auspiciar marcas de instrumentos pudiera hacer. Pero es justamente el que ha sido promocionado como su mayor logro el que hace que el disco me parezca fallido: su eclecticismo. Es como si le hubieran dado más peso a la forma, el género de cada canción, que al fondo.

En las canciones de Pipe es en las que más se nota esto. En el anterior disco había escrito canciones redondas, donde la letra respondía al color de la música, donde cada frase parecía pensada especialmente para decir algo, para alcanzar a alguien más allá de si mismo. Aquí, en cambio, muchas de sus letras son juegos de palabras, letras de canciones de rock setentero, en donde se habla de amor sobre riffs de hard rock. Porque Pipe ya no está deprimido, Pipe se ha enamorado, y eso se nota.


No puedo dejarte, mi Susi Blue
No puedo vivir, sin Droopie Sue
Susi Blue


Dulce Caramelo
Chupete Lollipop
Eco de un amor
No me necesitas


Dicen que tu tienes ese swing
Y a mi que chucha

Que chucha blues


Sin embargo, este eclecticismo sirve también para que Pipe escriba la canción más descaradamente bonita que, probablemente, jamás escribirá. Estrella es una canción acústica, compleja, con arreglos de xilófono y acordeón, en la que cuenta un sueño en el que “era todo carbón y soledad”. La pequeña coda instrumental consigue que, por un momento, el ambiente onírico del sueño exista en la realidad.

Aunque es también víctima del eclecticismo del disco, François mantiene un nivel más constante, sobre todo en lo que se refiere a letras. La preocupación de François sigue siendo la toma de actitud ante la sociedad, la inserción en el mercado laboral y en la jungla capitalista, la desconexión con el mundo dentro del mundo. Es esta monomanía, este darle una y otra vez al mismo tema con diferentes ópticas, diferentes acercamientos, lo que hace que la obra de François dentro de los Fuckin Sombreros tenga una cercanía con la obra artística en general. Como si cada una de sus canciones fuera un intento de aproximarse a su soledad interior, cada vez fallido, cada vez más cerca.


Vague por la ciudad
y nadie me reconocía
nos quieren olvidar
estando vivos todavía

Charlespunk


Si no quieres seguir
Sólo debes mentir

Moogriento

Clase pobre, mala educación
no lo hicieron un chico mejor
ahora lo ves en televisión
asaltando a toda la nación.

Vakera II

Lima no es un buen lugar
Seis

Pero los que más daño le hacen al disco son los dos finales de lado (en un hipotético LP), dos canciones de 7 minutos, una a la manera de Madchester, y otra como un electric blues.
El primero de ellos, Tornasol, no es malo, pero le falta algo para ser efectivo, algo para que el buen manejo del modelo, de la forma se convierta en ese extra que transforma a una canción en algo verdaderamente memorable. Tal vez sea el uso del hard rock para los arreglos, cuando debió haberse tomado la psicodelia como base.
Superficies, la canción que cierra el disco, es la peor canción que escribieron los Fuckin Sombreros. Un blues interminable, con un final cantado por muchos invitados que pasan desapercibidos. Macarena lo compara con las canciones interminables del Señor de los Anillos que, al menos en la traducción al español, conseguían que la prospectiva de un Sauron destruyendo los grandes bosques se viera como una dulce salida.